Pero nos remontaremos al año 2007, en el que la querida y admirada hermandad del Cerro, pasaba de la gloria a las tinieblas en cuestión de horas.
Os aseguro y no miento que se me hace un nudo en la garganta cada vez que veo estas imágenes, ver como de un plumazo se borran todas las esperanzas e ilusiones de un año...aquel día era el Cerro, pero cualquier día podría tocarnos a nosotros, que le pregunten al Cachorro, la Soledad de San Buenaventura o el Polígono San Pablo.
Son estos momentos los que hacen hermandad, los que te enseñan a valorar y a querer mas aún si cabe tu hermandad, porque afloran sentimientos y emociones tan profundas, que jamás hubiesemos querido sacar de lo más hondo de nuestro corazón.Y descubrimos que más alla de la fe y la devoción que profesamos a nuestros titulares, esta la unión de las personas, la hermandad en sí...cuando nos abrazamos a esa persona que no conocemos, pero que viste nuestra misma túnica, cuando abrazamos a ese niño que llora desconsolado porque su Cristo este año no sale,cuando miramos a nuestro alrededor y vemos que no, que este año nuestra hermandad no sale, que nos quedamos en casa, que el año que viene si dios quiere volveremos a acompañar a nuestra hermandad, con nuestra túnica y nuestro antifaz, que volveremos por el camino más corto, que vendremos cargados doblemente de ilusiones forjadas en la triste y a la vez dulce espera para acompañar a nuestros titulares...
Esta es también y aunque nos duela la grandeza de la Semana Santa, ojala que estos momentos tarden mucho en repetirse, pero si vuelven, ahí estaremos, junto a nuestra hermandad y su Junta de gobierno, sabiendo cuan difícil es decidir en esos instantes.
Y a las personas que aparecen en este vídeo, gracias, porque ese día dieron ejemplo de amor y entrega por una hermandad, y que llueva o no, Ellos nunca irán solos.
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