Representa a la Virgen del Rosario que desde su camarín bendice y protege al
antiguo arrabal de ahumadores de pescado que aparecen representados en el margen
inferior derecho. La mano que sostiene el cetro, disipa la oscuridad del humo
que genera el fuego y abre un horizonte nuevo a quienes se acercan a ella.
Como curiosidad, los pendientes que luce la Virgen son los que la madre del
pintor usaba para
vestirse de mantilla queriendo así el artista tener un
recuerdo a quien le dio la vida precisamente en el barrio.
Juan Antonio Huguet vivió su infancia y juventud en el barrio,
concretamente en la calle Marqués de Paradas, recordando, como él mismo explicó
en la presentación, cuando venía toda la familia a la Misa del Gallo en la
capilla. Según palabras del autor, 'con la pintura de este cartel he
reedescubierto a la Virgen del Rosario y he de confesaros que me ha
enamorado'.
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