Algo único e irrepetible a lo largo del año. Sucede que una vez al año, por una pequeña ventanita de la iglesia de la Calle Feria, un rayo de sol, sólo uno penetra a través de las vidrieras iluminando el rostro de la dolorosa del Domingo de Ramos.Y sucede,no sabemos bien por qué justo ese día, pero sucede. Durante unos breves instantes esa luz divina va iluminando muy poco a poco, y como no queriendo marcharse la cara de la Virgen de la Amargura.
Es un momento tan sublime y mágico, que por unos instantes, se podría decir que la Amargura sonríe, que por un momento abandona su sufrimiento para brindarnos una sonrisa.
Y se va,se va esa luz, dejando otra vez en penumbra su mirada,en su eterna conversación con Juan, el Evangelista.
Se marchará el visitante a casa con esa sensación de haber vivido algo único,uno de esos momentos que solamente nos regala la Semana Santa, aunque estemos en Septiembre. Mañana ese rayo ya no volverá, ni pasado, ni al otro...
Ese instante se repetirá una tarde de Marzo, no sabemos cuando, pero se repetirá. Pero al pasar por su altar no encontrará a la Amargura, Ella no estará allí.Se encontrará en su palio...pero eso, eso amigos, ya es otra historia!!
19 de Septiembre, el día en que el Sol quiso ver a la Amargura. ¿Crees en los milagros?. Yo después de esto, Sí. Es el milagro de San Juan de la Palma.
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