Faltan 185 días para Domingo de Ramos, y a día de hoy es lo único que podemos afirmar con certeza. Empieza así mi post debido al caos que por lo visto, ha causado el anuncio de las tan temidas cabañuelas.
Esto señores no debería tener más que una importancia relativa, en su justa medida solamente. Sin embargo leyendo en los diversos foros, blogs y todo tipo de hervideros y mentideros cofrades, veo que se ha infundado un miedo entre la gente, por decirlo de alguna manera, injustificado.
Se debe esto al hecho de que según dichas cabañuelas, el mes de marzo,o lo que es lo mismo, la Semana Santa sería pasada por agua. Sí, otra vez ya lo sé, pero...¿nos sirve de algo mirar el cielo a 185 días de Domingo de Ramos?.Rotundamente,No. ¿Para qué? si las hermandades ni siquiera saben que tiempo les hará esa misma tarde. Creo yo que es un poco pronto para empezar con cavilaciones de si lloverá o no.
Y digo ¿no es mejor disfrutar de lo que nos queda hasta entonces?. Porque queda mucho, tanto que nos queda lo mejor. Porque nos queda disfrutar del mes de Octubre, mes de Gloria por excelencia. Nos queda el sabor añejo del Rosario de San Julián, el señorial cortejo del Rosario de la Macarena,el Rosario de siempre, el de los Humeros....y tanto Rosario...Barrio León, Dos de Mayo...
Nos queda pedir salud a la Divina Enfermera de San Martín, pedir y ser ojos de aquellos que no ven cuando ante nosotros pase Santa Lucía. Nos inmiscuiremos en un halo de romanticismo y ternura cuando las Nieves de Santa María la Blanca sea flor por un día de los Jardines Murillo...
Queda tanto amigos que la Navidad con sus luces y su alegría, verá nacer a ese niño que solo meses después llevaremos a enterrar a San Andrés, San Gregorio o al compás del Ex-Convento de La Paz.
Porque pasa muy rápido,casi tanto como la hermandad del Silencio por las calles de Sevilla. Si, tanto y a la vez tan poco. Porque cuando aun se escuchen las notas de Chirigotas y cuples, nos cruzaremos con una parihuela al volver la esquina.Y nos quedaremos mirándola, la seguiremos un rato, como si nunca la hubiesemos visto. Disfrutando de aquello que nos hace ver que el gran día esta por llegar.
Seran días en que el eco de cualquier banda resuene por la ciudad, en los que se cosan túnicas nuevas, las antiguas reciban alguna puntada, en los que mamá o la abuela saquen al dobladillo de la capa a ese nazarenito del Cerro o de Santa Genoveva que este año va aguantar hasta la catedral. Serán días en los que en la calle, en los bares, en el trabajo solo se hable de cofradías, en los que hagamos nuestro plan para poder ver todas las del Domingo o decidamos si este año voy a ir a ver entrar a la Macarena o a Los Gitanos. Ese tiempo en el que cuando bajemos desde el Salvador por EntreCárceles nos demos de bruces con los palcos de la Plaza de San Francisco....
Muchas cosas, vivencias, tristezas y alegrías aún por vivir en estos 185 días. ¿Por qué no disfrutarlas?. Quiero pensar que el Señor de la Victoria y su Madre de la Paz vestirán de blanco el barrio del Porvenir.,bajo el mas azul de los cielos. No quiero pasar esta dulce espera hasta que por la "rampla" baje el Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalen, pendiente de un cielo que tanta gloria y tristeza a su vez nos regala. Al contrario, viviré cada día con la alegría de saber que lo mejor esta por llegar.
Hermanos vivamos cada momento hasta entonces, saboreemos cada segundo y guardemos en nuestra retina cada instante vivido, y así con esa alegría saldremos entonces de casa con nuestra túnica de camino a nuestra hermandad. Porque en ese camino iremos recordando que la espera, por todas estas cosas mereció la pena.
Así pues, dejémonos de dramatismos por favor y que las únicas Aguas de las que hablemos sean las del Dos de Mayo y las del Museo. Y que pase lo que Ellos quieran. Que queda mucho...y bueno!.