martes, 25 de junio de 2013

Había una vez un circo.

Así comenzaba la famosa canción de aquellos míticos payasos de la tele, quien más y quien menos la recordará, muchos incluso crecimos con ella. Buenos, muy buenos recuerdos aquellos con Fofó, Miliki y compañía.
Y así podríamos comenzar también una crónica acerca de todo lo que esta ocurriendo alrededor de la semana santa y sus cofradías. Porque entre unas cosas y otras esto se está convirtiendo en un auténtico circo. La noticia del ya ex-prioste de la Hermandad del Juncal, no era más que el detonante del carácter que  esta tomando la semana santa, o al menos la forma de verla de algunos.
Un prioste que baila el "Yeli-Yeli" sobra la toca de sobremanto de la Esperanza del Juncal, incluso haciendo bromas y que permite que le graben en video no tiene más nombre que el de mamarracho. Esto junto con al parecer una serie de cosas raras que estaban pasando en la hermandad han dado lugar a que esta pase a ser regida por una junta gestora. En otras hermandades como San Esteban o la Candelaria funcionó, a ver que ocurre esta vez.

Pero como decía, esto no es mas que un hecho más de los que están sucediendo en relación a la semana santa. Imágenes de vírgenes plasmadas en camisetas de lo más fashion, otras como reclamo en tarjetas publicitarias de discotecas, incluso alguna vestida de novia. Asimismo, fotomontajes de lo más variopinto de nuestras sagradas imágenes, en actitud violenta,obscena y capaces de herir la sensibilidad de todos aquellos que amamos a nuestros titulares. ¿Y qué? Poco o nada se hace en la mayoría de los casos para evitarlo.

Caso aparte merece la música, veáse el post "No todo vale", que ya dediqué a este tema. Marchas que más bien parecieran comparsas y chirigotas,solos de corneta eternos, notas tan agudas que algún día romperán nuestros tímpanos. Juerga, flamenco, bulerías...casi de todo menos música cofrade en lo que se compone en la mayoría de los casos últimamente,excepciones aparte gracias a dios.
Por no hablar de esas saetas que duran minutadas, saetas eternas en las que se piensa más en el alarde del cantaor y que al día siguiente todos digan "vaya como cantó" que en su significado real, el de rezar una oración cantada ante Cristo y su Madre.

Chicotás estudiadas hasta el más mínimo detalle, calculando cuantas marchas le van a entrar y el tiempo que tiene que estar el paso en esta o aquella calle. Auténticas coreografías de pasos cuyos capataces y costaleros buscan más el lucimiento personal que pasear al señor. Muchos de esos costaleros sacarán 4,5 o 6 cofradías esa semana santa, porque da igual que hermandad sea, lo que se trata es de lucir costal y modelito.
Hermandades que suspenden su estación de penitencia y se ponen a jugar a los pasitos. Otras que solo miran por ellas, sin pensar si dejan retraso o molestan a la que viene detras...un caos...triste caos.
Coronaciones por doquier, algún día veremos  coronado al Giraldillo, y si no al tiempo. Algunas incluso que duran días y días, previa romería incluida y con las salidas que hagan falta. Total mientras nos dejen, dirán.

Y el Consejo de Cofradías y Hermandades. Creo que no hace falta decir nada ¿no?.
Tantas y tantas cosas que están desvirtuando por completo el significado de la semana santa, que es el hacer estación de penitencia con nuestra hermandad. Lo demás es puro aderezo.

Así que o intentamos frenar este circo, y empezamos a trabajar con sensatez, o nuestra querida semana santa algún día hará que la famosa escena de la película "Misión Imposible 2", aquella en la que aparecía un paso por las calles de Sevilla desfilando junto a una fallera valenciana cobre sentido. Dios no lo quiera.

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