miércoles, 3 de abril de 2013

Tres años ya...

Acabada la Semana Santa en Sevilla, son muchos los temas de los que podría hablar, estrenos, marchas, polémicas...de todo pasó este año en esta tan sesgada semana de pasión por culpa de la lluvia.

Así es señores,una vez más la lluvia. Esa compañera habitual en los últimos años, y que lleva ganándole la batalla al sol desde 2009. Muchas fueron las cofradías que se quedaron en casa, Amargura, Amor...Sed, San Bernardo...Cachorro...sí,otra vez el Cachorro y así todas las del Viernes Santo, privándonos incluso del final soñado al arruinar también la salida de la Resurrección.

Sin embargo hay un día especialmente castigado por el líquido elemento en estos ultimos tiempos. No es otro que el Martes Santo. Y es que tres son ya los años que lleva la lluvia privándonos de dicha jornada.
Ni una sola de las hermandades del día saben lo que es ir a la Catedral desde 2010...tan triste como cierto...

Tres años sin que el Cerro del Águila abandone el barrio, en esa maratoniana estación de penitencia que cada año hacen. 14 horas fuera y ejemplo de amor por una cofradía. Imposible concebir el barrio sin la hermandad y viceversa. El Cerro vive por y para su hermandad, y así lo demuestra cada Martes Santo, cuando un mar de gentes, unas con capirote y capa y otras con bolsito y bocadillo, toman Sevilla cual pacífica invasión...Desamparo y Abandono de cristo muerto en la cruz, y Coronación, a la que Manolo Marvizón puso banda sonora, para una Virgen de los Dolores sobre la que gira la ilusión y Fe de un barrio.

Los mismos años que hace que Rafael Díaz Palacios no nos emociona con su pregón ante las hermanitas de la Cruz, al paso de esa Virgen de Gracia y Amparo por el Convento de Santa Ángela. Dolorosa de la calle Feria que nos lleva a tiempos pasados de la mano de su vestidor, el gran Jose Ramón Paleteiro. O ese cristo  que un día viniera de Portugal, para salvación de nuestras Almas al entrar en Omnium Sanctorum...

Como ese Señor de la Ventana, aquel al que se encomendaban los viajeros al salir por la Puerta de Carmona, Señor de la Salud y Buen Viaje, el único cristo que llora en Sevilla...ojala sus lágrimas fuesen el único agua que cayese jamás un Martes Santo....Tres años sin que se obre el milagro de San Esteban cuando por la ojiva de su puerta salga la Virgen de los Desamparados,como si quisiera mostrarnos que por dificiles que sean las cosas...siempre se encuentra una salida...Plaza de Pilatos,Alfalfa, Cuesta del Rosario...tres años sin verles pasar.

Tampoco las puertas del Rectorado de la Universidad de Sevilla se han abierto estos tres años para ver salir la hermandad de los Estudiantes. No ha habido negro ruán, ni larguísimas filas de penitentes, nada...solo en su interior, donde la Buena Muerte de Cristo y la Angustia con la que le mira su madre son capaces de evitar que la lluvia se apodere de los sueños del cofrade que esperó un año entero por acompañar a su hermandad.

Tres años sin el barrio de la Calzá en la Campana, sin que nos presente a Sevilla a ese Jesús maniatado, que de costero a costero y sobre los pies, ha ido dejando su arte desde la antigua Calle Oriente hasta el corazón de la ciudad. Ese Pilatos que no nació en Roma sino en Sevilla, lleva tres años sin dejarse ver por sus calles. Ni el portentoso Cristo de la Sangre, aquel en el que Buiza plasmara la perfección de la muerte, ni la Palomita de Triana, Virgen de la Encarnación la de la mirada baja y gesto compungido...entre todas las mujeres...

Ni siquiera la Candelaria ha podido con la lluvia, ni siquiera la luz que desprende ha sabido ganarle la batalla,  blanco...azul...plata...la calle Muñoz y Pabón que ya no recuerda cuando te vió por ultima vez, la que pregonara Carlos Herrera en 2001, la que camina tras el Señor de la Salud, esa advocación tomada de la huella que dejara la hermandad de los Gitanos en su  estancia en San Nicolás...pero tampoco, tampoco ha hecho suyas las calles en los ultimos tres años.

O el Dulce Nombre,o la Bofetá...como queramos llamarle, bien es cierto que en 2011 hizo un intento de salir, mojándose el misterio y el cuerpo de nazarenos casi al completo, en una decisión de lo más desacertada del Comisionado regido por Manuel Toledo. Tres años sin el pebetero, sin la mano de Malco, sin el único cristo que avanza de espaldas, Jesús antes Anás, y sin la serena dulzura de la Virgen del Dulce Nombre, la alfombra grana de San Lorenzo lleva tres años sin el racheo de sus costaleros...sin esa entrada tardía en la oscuridad de la noche a la que Las Cigarreras pone música.

Y tres son los años sin que Santa Cruz, esa cofradía de barrio en pleno centro de Sevilla, muestre las Misericordias de cristo, mirando a ese cielo que se torna gris y lluvioso ya tres años seguidos. Tres años sin la crestería del coqueto y pequeño palio de la Virgen de los Dolores, cuando Mateos Gago arriba con sones clásicos de Tejera, ponga el broche a un Martes Santo que ya se nos esta haciendo demasiado largo...tanto como tres años.
Ojalá 2014 nos de lo que la lluvia nos ha quitado estos últimos tres años, y que Dolores abra el día en carrera oficial y Dolores lo cierre...o lo que es lo mismo, el Cerro y Santa Cruz. Ojalá!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario